Mientras la incertidumbre me carcome, reflexiono: No sé cómo hemos permitido el sacrilegio de que los malos hablen de amor, el veneno de sus palabras mancha la calle de sangre y violencia escondiéndose en el sustantivo, logrando que lo repudie que las nauseas aparezcan en cada declaración que sus voces malditas despierten la desesperación queriendo callarlas, porque no dicen la verdad. La verdad es que el amor político no existe que el amor real no tiene estrategia que yo no tengo como controlar que te pienso ni las ganas de verte ni mi disposición hacia ti, La verdad, yace libre en lo subjetivo el amor no puede tener otro objetivo más que ser libre, no impuesto y estar contigo. Si no es este amor, tu verbo es falacia.
Entre el corazón y mi país.