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Mostrando las entradas de julio, 2017

Amor en el lenguaje

Mientras la incertidumbre me carcome, reflexiono: No sé cómo hemos permitido el sacrilegio de que los malos hablen de amor, el veneno de sus palabras mancha la calle de sangre y violencia escondiéndose en el sustantivo, logrando que lo repudie que las nauseas aparezcan en cada declaración que sus voces malditas despierten la desesperación queriendo callarlas, porque no dicen la verdad. La verdad es que el amor político no existe que el amor real no tiene estrategia que yo no tengo como controlar que te pienso ni las ganas de verte ni mi disposición hacia ti, La verdad, yace libre en lo subjetivo el amor no puede tener otro objetivo más que ser libre, no impuesto y estar contigo. Si no es este amor, tu verbo es falacia.

No sé si Caracas sea la sucursal del Cielo pero… es la sucursal de mis sueños.

A Caracas la conocí de pequeña y en viajes esporádicos, la conocía grande, lejana y en carro. La conocía por su paso apurado, su montón de gente, sus altos techos y el Ávila vigilante. Desde esas primeras miradas a la compenetración perfecta entre el desastre y la belleza, llegar a la capital comenzó a ser una de mis metas. El destino y la perseverancia lo permitieron. El hecho de ser un país centralizado hace que en esta ciudad se concentren la mayor cantidad de oportunidades, Caracas es imagen del futuro para mi mente joven, de las cosas por hacer, de las distancias que recorrer, de los recuerdos que construir. Desde Septiembre del año pasado, Caracas dejó de ser un punto de referencia en mi mapa, y se convirtió en mi segunda casa. La ciudad que le abrió sus puertas a mi alma joven e ingenua, a los sueños que logré llevar en dos maletas y a las esperanzas de poder encajar en este añorado lugar. Caracas me recibió en medio de gente apurada y retorcida, envuelta en caos, corne...

Me encuentro a una semana de culminar mi primer año universitario, y a 18 días de que me roben la República.

Desde los dos años de edad, hasta Julio del año pasado estudié en el mismo colegio que para mí se convirtió en una casa. En el piso de granito dejé mis juegos, mis sueños juveniles, mis caídas, mis lágrimas y mis logros, en sus pasillos conocí a los amigos que aún mantengo y que fueron sin duda los mejores compañeros. Desde sus salones me formaron no sólo en conocimiento, sino también en valores, respeto, y sobre todo disciplina. En tercer año comencé a querer la historia de mi país gracias a uno de los profesores más jóvenes y brillantes que he tenido, sus clases más que describir los procesos se preocupaban por comprenderlos, a él le agradezco la cantidad de veces que invirtió sus horas de clase en formarnos como ciudadanos responsables. El problema es que, impartir la disciplina debe responder a la objetividad sin menoscabar los derechos fundamentales de los otros, en este caso de los estudiantes. Aunque jamás me cansaré de agradecer que esta formación potenció en gran parte el...

Clamor por un tricolor

Nací en el 99, durante toda mi vida no he visto un sistema de gobierno distinto al que tenemos, pero lo que sí he visto es como un grupo de personas que se mantienen en el poder han venido destruyendo a mi país, porque sencillamente no les importa el pueblo, ni la soberanía, ni el estado de los sitios turísticos, ni el arte, ni el futuro, a ellos sólo les importa el dinero que han obtenido de esta patria y el poder de sentirse superiores a los demás. Doy gracias a Dios porque dentro de todas las dificultades no he pasado trabajo, y eso es gracias a mi familia y al trabajo arduo y constante de mi madre. Doy gracias a Dios porque estoy viva, aún cuando somos el país con mayor índice de inseguridad y delincuencia en el continente. Pero, no por no haber pasado trabajo o estar viva puedo conformarme con sólo eso.  En cierta forma, este régimen nos ha llevado a acostumbrarnos a cosas que no son normales, y que inconscientemente ya vemos así, por la rutina. Yo no quiero seguir acostumb...