Me despierto en la madrugada,
e intento saber si aún
queda algo de cielo,
si las estrellas aún brillan en la noche
cuando los amantes se aman,
cuando las puertas de vidrio,
manchadas
sirven de espejo
a la imperfecta realidad.
Me despierto
y siento que existo
que no soy igual
que no es el lugar
pero en el pecho retumba
el mismo corazón
el de la niña,
que un día soñó serlo todo
y que al menos
aún
sigue sin ser nada.
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