Me despierto en la madrugada, e intento saber si aún queda algo de cielo, si las estrellas aún brillan en la noche cuando los amantes se aman, cuando las puertas de vidrio, manchadas sirven de espejo a la imperfecta realidad. Me despierto y siento que existo que no soy igual que no es el lugar pero en el pecho retumba el mismo corazón el de la niña, que un día soñó serlo todo y que al menos aún sigue sin ser nada.
Entre el corazón y mi país.