Dicen que los corazones rotos son más reacios a querer, que mantienen sus heridas en un viejo papel, que son temerosos, indecisos, inseguros, erran, se levantan vuelan vienen se rescatan también dicen que deben aprender, a quitarse la celda de la piel, porque en cada viento hay un nuevo amanecer. Dicen que las inseguridades son batallas del mal, que una actitud positiva pone a tus ojos brillar, que la herida sana de vez en cuando con un abrazo, pero, también dicen que quien no se deja abrazar en el fondo, se ata a la nostalgia quiere seguir estando roto. Dicen que no se ha dicho nada que en las tardes de este invierno inducido, sólo se escucha el corazón malherido, de quien prefiere regar rosas en bosque ajeno y no en el suyo, donde las hojas hace rato que están secas y aún siguen siendo de las más bellas.
Entre el corazón y mi país.